Hay un lugar aquí
en la ciudad de barro y sufrimiento.
Ese lugar de acero y cemento.
Mil nombres borran otros, quizás mil.
Esconden los amores y las vergüenzas
y, sin embargo, sus piedras recuerdan.
Me hablan. Me hablan de ti.
Sí, ese lugar late
con un coche y respira su humo
y se ahoga en aguas verde oscuro.
A la aurora renace.
Es pestilente y es también sombrío.
Extrañamente bello.
Porque se copa con nuestros recuerdos
la pared que se asoma sobre el río.