De la manada el lobo desterrado
proscrito pese a nos ser culpable
de los pecados que le han clavado
solitario aúlla a la Luna, su madre
Con voz rasgada, triste, va cantando
crímenes que en su espalda recaen.
Su lomo bajo el peso se ha doblado
con triste sonrisa sus fauces se abren.
"¿Madre Luna, tanto mal en mí tengo
que en mi pasividad muerda y desgarre,
que el ominoso abandono merezco?"
Madre Luna, en su trono de azabache,
mira para abajo con ojos secos
y su silencio, respuesta al debate
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