Dentado engranaje que canta nanas
duerme nuestras humanas emociones
haciendo de nosotros fríos androides
amnésicos de emoción y esperanza.
Cadenas de metal y datos atan
racionales diatribas y resortes.
Rigen nuestras animales pasiones
anestesiando nuestra vital ansia.
¡Dejemos de escuchar su opiáceo canto
de sirena, engaño agradable!
¿No veis que no somos, que sólo estamos?
Su voz, chirrido de metal que arde,
martillo que golpea el sentir humano
muerto bajo la Razón Imperante.
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