Escapo de mi cama ya cansada
de aguantar el peso de mi cuerpo
que se retuerce en baile inquieto
al ritmo que el insomnio me marca.
La sensación de agobio me inquietaba
pese a no estar sometido a algo incierto
para robarme de mi sueño el tiempo
impidiéndome que al sopor caiga.
¿Por dónde andas Morfeo soñador,
escanciado el descanso nocturno,
para no brindarme esta noche tu don?
De caer en tu redes es mi turno
o eso creo, espero y deseo yo
y escuchar los secretos del umbro
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