Paseo por las calles ya mojadas.
En sus charcos se asoma mi reflejo:
ojos oscuros y triste el pellejo,
entre las sombras gris anaranjadas.
Las emociones sordas y apagadas
cubren de pátina cada azulejo.
Afloran como vómito y dejo
que salgan, deseándolas ahogadas.
¿De qué es esta soga asfixiante,
esta pena que lenta me consume,
esta congoja, gélida y reptante?
¿Qué poder tiene para que me abrume,
para que este vacío me atragante,
para hacer que el albor hasta se esfume?
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