Conjugando sueños

Morir. Dormir. Dormir. Quizás soñar.
Cuando la realidad es sufrimiento
y es doloroso hasta tomar aliento
sólo el sueño nos consigue aliviar.

Si se antoja imposible vislumbrar
luz entre las sombras de este tormento
y se hace eternidad un mal momento
el sueño es vela en el esperar.

Yo sueño con un cambio en esta suerte.
Tú sueñas con tus demonios vencer.
Él (Ella) sueña con poder ser fuerte.

Nosotros soñamos con volver a creer.
Vosotros soñáis con huir de esta muerte.
Ellos (Ellas) sueñan con no volver.

Grito de libertad

Tu puño mi boca podrá cerrar,

pero mi voz no podrá ser callada

y mi lengua podrá ser cercenada

mas mi ánimo no podrás acallar.

Podrás mis labios coser y sellar,

pero mi alma no podrá ser silenciada

y mi mano podrá ser encadenada,

mas mi mente no podrás amarrar.

Porque en mi rima no hay sometimiento;

porque en mis letras no hay autoridad;

porque nadie hurtará mi pensamiento.

Porque es mi poesía, voluntad;

porque son mis versos, mi sentimiento;

porque éste es mi grito de libertad.

Gin Tonic amargo

Jamás habrá ginebra más amarga
que aquella destilada del olvido
con buqué a sensación de vacío
y a grito de garganta desgarrada.

Jamás habrá condimento más seco
que los sentimientos ya agotados
de aferrarse a espejismos vanos
repetidos como si fueran eco.

Jamás habrá hielo que sea más frío
que aquel espíritu al que congela
cuando rastro de esperanza no queda
y de un mazazo se queda hecha añicos.

Jamás habrá cristal que sea más frágil
que aquellos ojos que aunque inundados
aguantan ese dolorido llanto
que espera excusa para rendirse ágil.

No hay barra de bar para ese borracho
que se embriaga en el dolor del recuerdo.
Ni hay madera en la que apoye su peso
que lo saque del fondo de su vaso.

Colores en escala de grises

El velo gris de las nubes del cielo

se refleja en charcos iridiscentes

donde luchan el agua y el aceite

sobre la negrura del pavimento.

El azul apuñalado al ocaso

sangra en carmín sobre el horizonte.

El Sol que en triste descender se esconde

amortaja al atardecer morado.

En la noche cerrada el naranja

a la bóveda deslunada hiende

mientras la luz roja del neón vende

su descanso a urbe que no descansa.

Y cuando el reflejo se torna en verde

el rayar del alba dura un momento

y explota la sombra a la luz en fuego

entre edificios de hormigón que miente.

Envidio tanto brillo que me rodea

porque dentro de mí, mi alma desciende

por una escala de grises que sumergen

el color en plomo que nunca espera.

Londres

Ciudad alzada entre humo ennegrecido
de edificios que en su loco crecer
al mortecino Sol no dejan ver,
lo arrojan como basura al olvido.

Ciudad cuya vena es río podrido
que una niebla de él ha visto nacer
tan contaminada que ha hecho arder
las entrañas de los que la han vivido.

Ciudad de mendigos y maleantes,
de ricos y nobles sin caridad
aferrados a lo que fueran antes;
de lluvia sin fin que cae sin piedad
corroyendo los mapas de viandantes
... empero, sueño con esa ciudad.

Todo eso es verso que busca salida

Es ese verso que aún no has parido

de un futuro, su última promesa,

de un pasado, su pena que aún pesa. 

Es ahora, y lo que ya se ha ido.

Es ese amor al que más he querido

y el desamor que arde como pavesa.

Es tristeza que al corazón apresa

y la alegría que más lo ha henchido.

Es el dolor, es la liberación,

es el cielo e infierno, es muerte y vida,

es la condena, es la solución.

Es el que recuerda, es el que olvida,

fervorosa espera, gélida acción.

Todo eso es verso que busca salida.

Cisne peregrino, cuervo renegrido

Destino, por una vez, te lo pido,
dame alas. Permíteme volar
hacia el lejano norte, sobre el mar.
Quiero ser cisne peregrino huido.

Salvaje quebrar del nudo ceñido,
constrictor, que no deja respirar.
El esparto y  el cuero desatar
siendo emigrante cuervo renegrido.

A la tímida esperanza encendida
dejo una vela. Silente oración
le rezo pidiéndole una vida.

Una vida, mas de liberación
porque será aquella que dormida
mi alma ansió y deseó en su ensoñación.

Aferrado a un clavo ardiendo

Es la única luz ese clavo ardiento

al cual me aso con todas mis fuerzas

para evitar caer en las tinieblas 

del pozo que entre las sombras voy viendo.

En mi piel la llaga se va abriendo.

Huelo el dolor de carne que se quema

aferrada al hierro que la sustenta

en el loco empeño que la va hiriendo.

Y es que está acechando la oscuridad;

por todos lados es negra marea

tiñe plúmbea la posibilidad.

Espero colgado a ver si clarea

un alba portando la claridad

donde la umbra un mal recuerdo sea.