sábado, 23 de noviembre de 2013

Grita, poeta

La poesía está viva, no muerta.
Ella duerme tan plácida entre libros.
Arropada en papel, no entre los hilos,
sigue esperando ser al fin despierta.

Ella se duerme y entre versos sueña,
en versos libres, silvas y sonetos
rimando con poetas y su anhelo,
caprichosa, de si misma es la dueña.

Alguien abre un libro, ella un ojo,
entre susurros canta somnolienta,
contando sus secretos, poesía abierta
Al que la desafía valeroso.
Cuando alguien la recita, ella explota.
Se derrama, te cubre, se te abraza.
Te rodea con ella y se alza
a la vez invisible y poderosa.

Grita, grita por ella, mi poeta,
porque ella se hace viva al recitar.
El verbo en ella se vuelve a encarnar.
Grita, grita que nunca estará muerta.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Silencio

El silencio se llena de vacíos,
retumba con el trueno ya callado,
alumbra en el farol que ya han apagado,
fluye en el cauce seco de los ríos.

Suena antes de que el Sol seque rocíos,
late con el dolor ya sofocado,
brilla en el llanto triste consolado,
mira en rostros de mármoles umbríos.

No hace ruido el sueño del despierto,
ni tampoco el placer que me prohíbo,
ni el cielo negro cuando se ha abierto.

En silencio estas líneas yo escribo,
silencio quedará cuando haya muerto
y el silencio recuerda que estoy vivo.


martes, 19 de noviembre de 2013

Lluvia

Lluvia que empapa a la melancolía.
La tristeza es gris, fría y mojada.
Nostalgia hecha gota derramada.
Olvida la memoria que se agría.

Lluvias cantan pálida melodía
de réquiem a la hoja abandonada.
El viento es una flauta ahogada
en lágrimas de un cielo que aún plañía.

Le cuento mis secretos y mis penas.
Responde con murmullos susurrantes.
Escucha los misterios de mis venas.

Donde llueven mis lluvias incesantes
viajará mi lamento y sobre arenas
llorará como nunca lloró antes.




jueves, 14 de noviembre de 2013

Amor constante más allá de la muerte

Cuando en mi lecho ya oscuro me acueste
abrázame aunque haga mucho frío,
abrázame aunque ya esté yo frío.
Cuando me vaya, mira al sol al este.

Cuando mis ojos miren al celeste
arrúllame aunque no sea un crío,
cántame, aunque sea algo sombrío.
No dejes que el silencio muerto apeste.

Ya no estaré yo aquí a tu lado.
Lejos y sin embargo tan cercano.
Ardiente bajo un cuerpo tan helado.

Caminaré por páramo lejano
donde camina el que ya ha olvidado.
Recordaré tu amor constante humano.


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