Ella duerme tan plácida entre libros.
Arropada en papel, no entre los hilos,
sigue esperando ser al fin despierta.
Ella se duerme y entre versos sueña,
en versos libres, silvas y sonetos
rimando con poetas y su anhelo,
caprichosa, de si misma es la dueña.
Alguien abre un libro, ella un ojo,
entre susurros canta somnolienta,
contando sus secretos, poesía abierta
Al que la desafía valeroso.
caprichosa, de si misma es la dueña.
Alguien abre un libro, ella un ojo,
entre susurros canta somnolienta,
contando sus secretos, poesía abierta
Al que la desafía valeroso.
Cuando alguien la recita, ella explota.
Se derrama, te cubre, se te abraza.
Te rodea con ella y se alza
a la vez invisible y poderosa.
Se derrama, te cubre, se te abraza.
Te rodea con ella y se alza
a la vez invisible y poderosa.
Grita, grita por ella, mi poeta,
porque ella se hace viva al recitar.
El verbo en ella se vuelve a encarnar.
Grita, grita que nunca estará muerta.
porque ella se hace viva al recitar.
El verbo en ella se vuelve a encarnar.
Grita, grita que nunca estará muerta.